El panorama económico no sólo nacional sino mundial se vislumbra muy difícil. No están sentadas las condiciones necesarias para que el progreso alcance a beneficiar a todos. Por eso cuando en medio de este gris panorama se da a conocer información positiva, el hecho debería más que alegrarnos.
Esto viene a colación, porque recientemente se dio a conocer que en México se ha registrado la peor caída de la inversión en obra pública de los últimos 15 años. Y es regla de oro de los economistas medir el dinamismo de una economía con el nivel de construcción, es decir que si se construyen carreteras, puentes, edificios, casas, una economía está sana, si eso se deja de hacer, las alarmas se encienden. Y así le pasa a nuestro país.
Pero no a Quintana Roo, que contrario a lo que pasa en la mayoría de los Estados, nos encontramos experimentando uno de los mejores momentos de nuestra actividad económica. De hecho en los dos primeros meses del año la inversión en obra pública creció con relación al mismo periodo del año pasado 169.9 por ciento. Lo cual nos coloca a nivel nacional como la segunda economía con mayor dinamismo en este sector.
Que se esté realizando obra pública es muy importante porque esto genera empleos directos: todos los directamente involucrados en la construcción, albañiles, transportistas, electricistas, plomeros, etc. Pero también esto genera empleos indirectos: todos aquellos que se benefician de la activación económica, es decir de que llegue dinero fresco a algún lugar.
Y hay más. Quintana Roo tiene una importante inversión en construcción de infraestructura hotelera, lo cual quiere decir que no sólo habrá empleos en el tiempo en el que duran las obras, sino que una vez concluidas, habrá más y mejores oportunidades de tener un trabajo.
Chetumal, Quintana Roo